El diagnóstico precoz del párkinson entre las personas jóvenes es más largo del que afecta a personas mayores. Los síntomas son menos evidentes y se confunden con otros trastornos. Porque las alteraciones emocionales o psicológicas, los trastornos del ánimo o del sueño y la pérdida de olfato no se suelen asociar al párkinson.
«Siendo joven,» dice Lucía, «con momentos vitales como elegir una carrera universitaria, formar una familia, irte al extranjero… Son decisiones que tienes que tomar con una enfermedad neurodegenerativa y eso es duro. Nos enfrentamos muchas veces a la incomprensión, al estigma y a los estereotipos».
Por eso ha puesto en marcha la asociación Parkinson Joven, que busca sensibilizar y conseguir cambios en el tratamiento de las personas con párkinson de inicio temprano. Reclama apoyo psicológico y fisioterapéutico de por vida. Y, sobre todo, tratamientos que mejoren la calidad de vida mientras no se encuentra la cura de la enfermedad.
El párkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente después del Alzheimer. En Cataluña se calcula que hay unas 29.000 personas diagnosticadas. Y a pesar de que es una enfermedad que se asocia a la edad avanzada, uno de cada cinco diagnósticos es en personas de menos de 50 años.
(Texto creado a partir de la traducción de la noticia original publicada en www.3cat.cat)